Una reforma
legislativa ecológica con una nueva Ley del Suelo, asociaciones
público-privadas, revitalización y regeneración urbana. Este es el ambicioso
objetivo de la administración para adaptar la ciudad al siglo XXI y que también
puede contar con el soporte de los socios científicos del proyecto VEG-GAP.
Una vez se
presente esta propuesta de reforma se iniciará un proceso de información
pública para que todos los sectores implicados aporten las mejoras que
consideren para que la ciudad cuente, desde el punto de vista urbanístico, con
unas reglas más claras para todos.
Se pretenden
abrir las normas a las nuevas tendencias europeas (únicamente en lo que
respecta a la calidad del aire, las directivas europeas 2008/50/CE, 2004/107/CE
y 2015/1480/CE, así como la Decisión de Ejecución de la Comisión 2011/850/UE),
a la inversión y al empleo. Por este hecho, se propone, entre otros aspectos,
permitir la hibridación de los usos del suelo en la ciudad, lo que implica
también sus espacios verdes de forma positiva.
Otra de las
novedades es que se fomentarán los criterios de sostenibilidad medioambiental
para la rehabilitación de edificios y para los de nueva edificación, generando
incentivos para aquellos inmuebles que apuesten por el ‘factor verde’.