Con motivo del Día nacional del Paisaje, que se celebró en
toda Italia el 14 de marzo, la Presidenta de Aiapp - Asociación italiana
arquitectura del paisaje Maria Cristina Tullio, destacó como este aniversario abre
"una reflexión amplia sobre el papel de las zonas verdes y su diseño tanto
en las zonas urbanas como extraurbanas". Entrevistada por el sitio alternativa sostenible.it
destacó
que "la gestión de los paisajes puede permitirnos hacer frente al desafío
climático, empezando por las ciudades".
Según la presidenta de Aiapp, es necesario diseñar el paisaje con zonas verdes para resistir la crisis climática. "Las intervenciones de reforestación urbana no pueden tener sólo el objetivo de plantar árboles - precisó a Maria Cristina Tullio.
Si se diseña adecuadamente, colocando los árboles adecuados,
en el lugar correcto y en el tamaño adecuado, las intervenciones permiten reducir la contaminación atmosférica absorbiendo CO2 y partículas
finas (un árbol adulto captura hasta cientos de kg de CO2 al año), bajar la temperatura (un solo
árbol consigue disminuir el calor estival de 2 a 7 grados en los alrededores
inmediatos, incluyendo el efecto de la sombra), reducir el ruido, proteger la biodiversidad,
canalizar los vientos, contrarrestar el desequilibrio geológico, gestionar el
agua. Sin contar el papel de descontaminación de los suelos: las raíces de álamos y fresnos sanean los
terrenos contaminados por metales pesados, las de los sauces lo purifican
de contaminantes orgánicos como los hidrocarburos".
El pensamiento de los arquitectos del paisaje está por tanto
perfectamente en línea con los objetivos del proyecto Veg Gap, y el hecho de
haber colocado en el centro de la reflexión del Día nacional del Paisaje el
tema de la forestación urbana es una confirmación de su centralidad.
En el marco de una conferencia de Aiapp sobre la forestación
urbana se presentó un reciente estudio de la universidad italiana Bocconi que
calculó el valor del verde en términos de producción de alimentos, captura de
carbono, regulación del clima y del ciclo del agua, ahorro energético,
reducción del ruido, atracción turística, beneficios psicológicos. De la suma
de todos estos elementos se desprende que un
metro cuadrado de parque urbano vale de 13 a 18 euros al año; un metro
cuadrado de techo verde de 16 a 28 euros al año; un metro cuadrado de huerto
urbano de 11 a 20 euros al año en términos de servicios ecosistémicos.