Elementos en claroscuro surgen de la "Recogida
de Datos Ambientales" en las ciudades que Istat realiza anualmente. Los
datos relativos al 2020, apenas publicados por el Instituto, ponen de
manifiesto una situación ambiental y climática bastante preocupante para las
principales ciudades italianas. El único elemento positivo es precisamente el
de la forestación urbana, en constante aumento.
En 2020, la temperatura media será de +16,3°C
(calculada como media de los valores de las estaciones termopluviométricas de
las 24 capitales de las regiones y ciudades metropolitanas), un aumento de
0,3°C con respecto al valor medio correspondiente de la década 2006-2015. Teniendo en cuenta solo las capitales
regionales, para las que se dispone de conjuntos de datos amplios y completos,
la temperatura media, de +15,8°C, muestra una anomalía de +1,2°C con respecto
al valor climático 1971-2000.
En todas las ciudades, las anomalías de temperatura
media son positivas y se deben a aumentos de temperatura, tanto mínimos como
máximos: los más altos se registran en Perugia (+2,1°C), Roma (+2°C), Milán
(+1,9°C), Bolonia (+1,8°C) y Turín (+1,7°C).
2020 se presenta como el año menos lluvioso de los
últimos diez, junto con 2011, con una precipitación anual total de 661 mm
(media de las estaciones observadas). En las principales ciudades, superpuesta
a la tendencia al alza generalizada de la temperatura media, la disminución de
la precipitación es de -132 mm sobre el valor medio correspondiente del período
2006-2015.
Las anomalías negativas de precipitación afectan a
22 ciudades, con picos en Nápoles (-423,5 mm), Catanzaro (-416) y Catania
(-359,7). En las capitales de la región, la anomalía se sitúa en una media de
-91 mm con respecto al valor climático 1971-2000 y afecta a 15 ciudades: en
cabeza Nápoles (-439,6 mm) siguen Génova (-276,9 mm), Catanzaro (-262,1 mm),
Florencia (-221,6 mm), Bolonia (-211,9 mm) y Milán (-196).
Se confirma el fenómeno de la Isla de calor urbano
(Urban Heat Island UHI): en las ciudades la temperatura es más alta que en las
zonas exteriores, con una diferencia térmica de 1-3°C en las grandes, por
efecto de la concentración de estructuras constituidas por superficies
radiativas de diferentes materiales (cemento, metales, asfalto, etc.).
Istat dedica un amplio espacio en el informe al
análisis de la forestación urbana en Italia, que se confirma en crecimiento:
las intervenciones de forestación urbana, útiles para la mitigación, están cada
vez más difundidas y presentes en 47 capitales (31 en 2011), por una superficie
total de 11,6 millones de m2.
"La protección y promoción del verde urbano -
afirma Istat - es una solución natural que, aumentando la resiliencia de las
ciudades, puede desempeñar un papel importante en las estrategias de lucha
contra el cambio climático y más en general, mejorar la sostenibilidad de los
sistemas urbanos y la calidad de vida de los ciudadanos".
En Milán, la cobertura total de las zonas verdes es
del 13,8% de la superficie municipal (más de 25 millones de m2) y está
constituida casi en su totalidad por zonas verdes urbanas: el 5,7% por parques
urbanos, 3,9% de los pequeños parques y jardines de barrio y el resto principalmente
de zonas verdes históricas y mobiliario urbano. Roma tiene una cobertura total
de áreas verdes mucho más alta, equivalentes al 35,8% del territorio municipal,
compuesta solo por el 3,6% de áreas verdes urbanas (más de 46 millones de m2) y
el 32,2% de áreas naturales protegidas (415 millones de m2), una pequeña parte
de las cuales también cae dentro del perímetro de la zona urbana. Nápoles, como Roma, tiene una cobertura verde
muy elevada, equivalente al 31,5% de la superficie municipal (más de 37 millones
de m2), pero solo atribuible en parte a zonas verdes urbanas (10,1%) y, en
porcentaje más elevado, a áreas naturales protegidas, entre ellas destaca el
Parque Metropolitano de las Colinas de Nápoles (más de 22 millones de m2).
En los municipios principales, donde vive alrededor
del 30% de la población italiana (17,7 millones de habitantes), la extensión de
las zonas verdes urbanas es de más de 550 km2, lo que representa el 2,8% del
territorio municipal, lo que corresponde a una disponibilidad de 31 m2 por
habitante. Teniendo en cuenta también las áreas naturales protegidas, la
incidencia alcanza el 19,3% del territorio (3.775 km2). La superficie total de las zonas verdes
urbanas está en continuo aumento: en promedio +0,4% al año desde 2011
(+0,6% en las capitales metropolitanas). La disponibilidad de zonas verdes es
máxima en las capitales del Noreste (62,2 m2 por habitante, frente a los 27,2
del Centro y el 25,1 del Noroeste), mínima en las del Mezzogiorno (20,8 m2 por
habitante en el Sur y 19,5 en las Islas).
Según Istat "encuentra creciente difusión en
las capitales la forestación urbana y periurbana, que consiste en la creación
de nuevos bosques de desarrollo natural, destinados a mitigar uno de los
efectos más importantes de las alteraciones climáticas del ambiente urbano, las
ya citadas "islas de calor”.
La superficie dedicada a la forestación urbana asciende a más de
11,6 millones de m2, es decir, una media de 30 m2 por hectárea de superficie
urbanizada. La distribución está lejos de ser uniforme, ya que menos de la mitad de
las capitales se sitúa por encima de la media, con el Norte que presenta
valores muy superiores a los de las otras subdivisiones: 71,2 m2 por hectárea
en el Noreste y 40,4 en el Noroeste, 13,1 en el Centro, 6,8 en el Sur y 5,2 en
las Islas. En los últimos 10 años la superficie dedicada a la forestación
urbana ha aumentado progresivamente (+14,9%). Los incrementos más marcados se
registraron en las capitales de las Islas (+31,0 %), seguidos de los del Norte
(16,3%). Decididamente menos significativos los aumentos al Centro (+6,0%) y al
Sur (+2,5%). Frente a un aumento medio del 15% desde 2011, los incrementos
resultan más altos entre las capitales de las ciudades metropolitanas (+22,7%)
respecto a los de las otras capitales de provincia (+12,6%).